Ignacio Aguilar: un futbolista brumoso de corazón
- Jennifer Aranda
- 20 sept 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 may 2022
Por Jennifer Aranda / biografiadeportivacr@gmail.com
Un día como hoy hace 35 años nació Ignacio Aguilar Calderón en medio de las montañas brumosas que guarda siempre en su memoria y debajo de su pecho.
El ingeniero Rolando y la profesora Nuria son quienes engendraron a Ignacio y a Diego en el calor de un hogar ubicado en El Carmen de Cartago, donde los vieron correr y jugar, sin saber que mucho tiempo después los verían hacer lo mismo, pero en las canchas más reconocidas del país.
De su infancia Ignacio solo tiene buenos recuerdos: un barrio lleno de niños, la fortuna de una educación privilegiada y la dicha de estar rodeado siempre de un ambiente deportivo. Atesora aquellos años cuando, afortunadamente, fue un niño, adolescente y joven feliz.
Antes de los 11 años, Ignacio no sabía que quería ser futbolista, su interés estaba en el baloncesto. Pero a dos casas de la suya residía don Leonardo Quesada, un vecino que por puro amor había constituido una escuelita de fútbol. Cada sábado reunía a los chiquillos del barrio El Carmen y, entonces, se iban a entrenar.

Pronto su invitación llegaría a casa de los Aguilar, quienes amantes del deporte, aceptarían. Así fue como Ignacio incursionó en la que se convertiría en una de sus pasiones. Se inició como portero en aquella escuelita, pero más tarde, sus papás supieron potenciar su talento y decidieron acompañarlo más allá: asistieron a la escuelita del Club Sport Cartaginés (CSC).
"¡El futbol era lo que más me gustaba! Me gustaba la verticalidad, encarar, jugar con gente grande. Tenía personalidad y no tenía miedo a demostrar."
Ignacio Aguilar
El ser zurdo le confería una capacidad especial y una particularidad que sobresalía entre los demás, junto con el hecho de ser un compañero enérgico que animaba a su equipo antes de iniciar un encuentro.
Así fue creciendo como jugador hasta lograr reclutamientos que lo hicieron realmente feliz. Dos de ellos son los que recuerda con mayor nostalgia: el haber sido alistado en las filas del CSC y el privilegio de haber representado al país como seleccionado nacional. Los llama sus "dos grandes amores" y significan épocas cumbre de su vida.
"Conforme va pasando el tiempo, vas encontrando esa pasión, esa disciplina que te gusta, en la cual tenés cualidades y condiciones. Te enfocás en una línea de profesionalidad que buscás y querés conseguir."
Ignacio Aguilar

Dentro de su curriculum, Ignacio también destaca su participación como jugador de 2da división de la Universidad de Costa Rica, en la 1era de Brujas de Escazú y en la Liga Deportiva Alajuelense. Sin embargo, no deja de mencionar con orgullo el haber sido parte del CSC, un equipo donde estaban sus ídolos (Ciccia, Chiky, su hermano Diego...) y donde se había iniciado en ligas menores.
Su retiro se dio por fin en el 2011, cuando iba a trasladarse a Brujas nuevamente, pero las situaciones adversas sufridas por el equipo en aquel entonces y que resonaron a nivel nacional con el caso de Minor Vargas, harían que se disolviera. Ignacio, a pesar de contar con otras opciones lejos de la capital, optó por quedarse más cerca de la Gran Área Metropolitana (GAM) para enfocarse en sus estudios.
"Haber jugado clásicos nacionales y sentir esa adrenalina antes, durante y después, son cosas que nunca se le van a olvidar a uno."
Ignacio Aguilar
Hace más de 15 años que los hermanos Aguilar se dedican a la hotelería, la hospitalidad y la gastronomía en zonas turísticas como en la que hoy residen: Tamarindo, Guanacaste.

"El deporte trae beneficios físicos como mentales, es esencial, es vida", declara el exfutbolista profesional convencido de las múltiples ventajas de cambiar la alimentación y el cuidarse a sí mismo. No obstante, enfatiza en que es todo un estilo de vida que deberían practicar no solo los atletas.
Convencido de estos beneficios que todavía hoy repercuten en su vida, también cuenta que fuera y dentro de las canchas siempre buscaba guardar tres valores: la humildad, la alegría y la bondad.
Su apertura con la gente no es solo una enseñanza heredada por su papá Rolando, sino también una realidad en la que ha procurado vivir hasta hoy en todos los aspectos de su vida.
Jajajaja ¡Muchísimas gracias por su anécdota, don Rolando! ❤️ Para mí fue un placer escribir la historia de uno de sus hijos. Gracias por su firmeza, su amor y su fe en quienes hoy no dudan de sí mismos debido a esa fuerza que usted y doña Nuria les forjaron. Un fuerte abrazo. Quedo a la orden de ustedes.
Gracias a jennifer por esta biografía tan preciosa . Siempre hemos apoyado en todo a nuestros hijos de los cuales nos sentimos como padres muy orgullosos y para nosotros acompañarlos a todos los estadios donde jugaban era un placer . Ayer aquí en tamarindo estuvimos recordando anécdotas con otro exjugador y compañero de ellos y se mencionó donde yo como padre le pedí a su entrenador de ligas menores “ papo Brenes “
que lo sacara del partido por su comportamiento . Lo sacaron y se puso tan furioso que no quiso que yo lo llevara en mi carro a la casa . 😂😂👏